El término mindfulness o atención plena lo popularizó Jon Kabat- Zin y viene de la práctica de la meditación. Los pilares se fundamentan en estar presente en la práctica, en el aquí y el ahora, actuando como un observador interno de aquello que puede aparecer por nuestra mente, sin juzgar o evaluar en buenos o malos los pensamientos que vengan. Un acto de aceptación, en un instante, que nos permite transitar sobre aquello que más nos preocupa o nos inquieta.
Y es que andamos de un lugar para otro, con nuestras preocupaciones y un presente que, a veces, pasa tan desapercibido que no nos damos cuenta de cómo nos encontramos en un momento determinado. Parar a tomar un momento de reflexión, de desconexión es importante pero aún más es la presencia que tenemos con nosotr@s mism@s.
¿Qué es mindfulness?
Mindfulness no sólo es una técnica. Sino es un aunténtico estilo de vida. Hay un proceso de respiración en donde estamos presentes y dejamos pasar pensamientos, sin aferrarnos a ellos. Permitiendo que estén sin quedarnos anclados en ellos. Muchos pensaréis que esto que se propone desde el Mindfulness es difícil. Y es que es una práctica que requiere de tiempo, de tomar consciencia del espacio. Supone un compromiso y una práctica que va mejorando en tiempo y forma. Los resultados no son inmediatos pero nos ayuda a tomar perspectiva de la manera en que vivimos el día a día.
Beneficios del mindfulness
Esta técnica tiene importantes beneficios para gestionar nuestros niveles de ansiedad y el estrés. Por lo tanto es efectiva para:
Aumenta la consciencia sobre nostr@s.
Al observar qué nos preocupa, sentirlo, poder identificar que nos está limitando y que fomenta un nivel de ansiedad determinado, ayudándonos a poder gestionarlo de manera distinta.
Gestión sana del estrés
Al no estar en un estado constante de lucha o huída, sino en tomar un tiempo para sí y activar el sistema de calma.
Fomenta una mejor gestión de las emociones
Al entender qué emociones son necesarias y cuáles no ante una situación estresante.
Descenso de la rumiación relativa a la ansiedad.
Conexión con el sistema de calma al no estar tan centrado en la autocrítica y orientarse hacia la aceptación de sí.
Si te interesa poder gestionar tu ansiedad y estrés mediante esta técnica pero no sabes si estar en quietud y presente en la respiración es lo tuyo, has de saber que hay varias vías previas que pueden conducirte al mindfulness desde otro lugar. Una de ellas podría ser probar actividades como algún tipo de yoga o alguna de las prácticas zen como las artes marciales. En cualquier caso, todo es ir probando aquello que nos va sentando bien y observar cómo nos encontramos con la práctica que queremos o estamos desarrollando. A veces es una cuestión de forma.
Prueba a sentarte en una silla con los pies en el suelo y la espalda recta. Cierra tus ojos y deja venir lo que tenga que venir desde el pensamiento, todo estará bien. Lo importante es cómo lleves tus respiración, sin forzarla y centrándose en cómo inhalas y exhalas. Repite esto durante unos minutos. Cómo decía el maestro zen japonés Shinryu Suzuki; tan sólo basta con sentarse, nada más, sin esperar nada. Te animo a sentarte contig@ mism@ durante unos minutos y decide. Y es que abrirse a la calma en medio de la tempestad es un auténtico desafío.