Los bloqueos emocionales se pueden identificar como aquellos obstáculos que impiden una efectiva gestión emocional, ya sea impidiendo expresar lo que sentimos o digerir aquello que tanto nos afecta para darle una sana salida. Los bloqueos emocionales no dejan de ser una especie de resistencias de las que no solemos ser conscientes y es una forma de defensa ante las experiencias del pasado que nos dolieron y nos marcaron en si momento. Estos bloqueos pueden limitar nuestra vida en el campo afectivo.
Un bloqueo emocional puede manifestarse de muchas formas: dificultad para llorar, incapacidad para confiar, miedo al rechazo, rigidez en la toma de decisiones, o sensaciones de vacío. A veces podemos notar como en nuestro cuerpo aparece cierto nivel de tensión muscular, fatiga o sensación de malestar sin causa aparente. Podemos convivir sin darnos cuenta con estos bloqueos y, a veces, los integramos como parte de nuestra forma de ser. Por mencionar algunos ejemplos:

- Sientes que no puedes decir ‘’no’’. Aquello que no quieres hacer como el típico favor o compromiso, pero dices que sí por miedo, por no sentirte con rechazo o simplemente por generar conflicto.
- No expresar lo que sientes de manera auténtica en una relación. Ya sea de pareja o con las personas más cercanas, tener temor a herir, perder a la otra persona o simplemente no saber cómo encarar una situación concreta con alguien.
- Reírse en momento inadecuados cuando estás en un momento triste o con nervios. Usar el humor para evitar lo incómodo, tristeza o sentirte vulnerable es un mecanismo de defensa que nos posibilita no mostrar debilidad.
- Incapacidad para no dejar de pensar en el trabajo sin sentirte culpable o no saber parar.
- Sientes que no eres capaz de volverte a enamorar tras una mala experiencia. Uno de los bloqueos emocionales más conocidos. Y es que miedo a repetir ciertas experiencias o no haber superado ciertas heridas que aún quedan por sanar nos pueden quitar motivación a nuevas experiencias.
- Sensación de que todo tiene que estar siempre bien. No permites mostrar enfado o cualquier otra emoción. Y es que a veces sentimos que necesitamos tener el control o que vamos a perder una imagen de estabilidad o fortaleza.
¿Cómo vive una persona un bloqueo emocional en su día a día? La sensación de desconexión tan frecuente puede hacernos caer en un estado de confusión emocional en donde no sepas distinguir las emociones que estás sintiendo en ese momento. Además, no saber que sentimos nos puede conllevar evitar temas, situaciones o personas que nos importan y llegando a mostrar comportamientos o reacciones que no queramos mostrar. Por ello, el agotamiento físico y mental va apareciendo en donde la sensación de bloqueo o parálisis puede acrecentarse cada vez más.

Para afrontar un bloqueo emocional se requiere, en primer lugar, reconocerlo, y mirar con honestidad hacia nuestras reacciones, así como preguntarnos; ¿Evitamos ciertos temas? ¿Nos cuesta conectar con lo que sentimos? ¿Reaccionamos de forma exagerada ante algunas situaciones? El segundo paso es permitirse sentir esa incomodidad puesto que nuestras emociones están ahí para ser escuchadas, cumpliendo una función necesaria para poder adaptarnos a la vida. Por ello darnos permiso a tener ese espacio de escucharnos puede ayudar a entender qué nos pasa o que nos bloquea.
Por ello, te propongo un trabajo con el cuerpo, permitirnos el ‘’darse cuenta’’ de lo que nos afecta y apoyo para fomentar un estado de autoexploración, autenticidad y la aceptación incondicional que nos permita ir más allá de esas barreras emocionales. Todo ello promoviendo el contacto con las emociones reprimidas, autoconocimiento y aumentar nuestra autoestima y bajo la mirada del respeto al ritmo personal de cada persona.